| Hoy presentamos un nuevo  número de nuestra revista Pediatría, y en ella se exponen en forma extensa 4  trabajos, los cuales ayudarán al lector a comprender de mejor manera los  aspectos clínicos y de manejo de la infección urinaria y en otras formas de  presentación en cáncer infantil, ambas de gran relevancia clínica. Sin embargo,  hay 2 artículos que se relacionan con los animales y la salud infantil, donde  se expone latamente los riesgos de la convivencia entre los primeros y nuestros  niños y en un segundo artículo una revisión actualizada del manejo cuando estas  lesiones ocurren, lo que da una alarma muy importante para la prevención futura  de lesiones algunas muy graves, cuando nos exponemos a animales.  Hoy estamos presenciando una  disminución sostenida de las tasas de natalidad, hecho ya comentado en  editoriales anteriores, observamos cómo se han cambiado hábitos y preferencias  de las parejas en asumir un animal de compañía antes que un hijo, y estos  muchas veces preceden a la llegada de un niño a este nuevo hogar. Pero cuando  mascotas y niños conviven pareciera que son más los beneficios que los riesgos.  Un niño que crece con una mascota en especial perros y gatos mejoran su calidad  de vida, fortalece el vínculo y la responsabilidad, reduce el estrés y  disminuye los índices de depresión, permite el desarrollo educativo social pues  asume deberes y responsabilidades del cuidado de su mascota como del cuidado  del medio donde se desarrolla, fomentando el sentimiento de competencia y  seguridad al cuidado de otros. Sin embargo, el juego, la compañía, la alegría y  seguridad que entrega esta relación son las más relevantes, permitiendo que el  niño desarrolle habilidades emocionales que permitirán una integración y sociabilidad  mejor y más significativa. A los beneficios emocionales se suman verdaderos  beneficios biológicos como es la maduración inmune en relación a la microbiota,  el efecto sobre el sedentarismo y salud cardiovascular, disminución de la  ansiedad y calidad de sueño entre otras.  Por último, los animales  están irrumpiendo como ayudantes al manejo de estrés y del dolor de pacientes  hospitalizados en nuestro hospital, estos nuevos “ayudantes” ingresan junto con  nuestros niños a procedimientos y estadías prolongadas, otorgando beneficios  tangibles desde el primer encuentro. Esto merece un gran reconocimiento.  Felicitamos a los autores y  animamos a otros a seguir sumando información a nuestra querida comunidad.  Dr. Jorge Mackenney PobleteProfesor Asociado de Pediatría
 Facultad de Medicina
 Universidad de Chile
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