Un aspecto especialmente profundo que cabe preguntarnos en relación a la reforma curricular es:
¿Deberían los médicos graduarse bajo el enfoque del aprendizaje para adultos?
Creemos que sí. Esencialmente porque el aprendizaje a largo plazo y la integración del pensamiento crítico deben dar cuenta de la capacidad del médico para lidiar con la obsolescencia con que el conocimiento, en el campo de la medicina, está evolucionando.
Sabemos que mucho de lo que se aprende en las escuelas de medicina estará obsoleto en menos de 10 años. En consecuencia, la mayor parte del aprendizaje se produce después de que el estudiante se gradúa, es decir, en la práctica médica y en la formación de postgrado. Para hacer frente a ello, se han ido realizado cambios en forma paulatina que han sido implementados en la educación médica en los últimos 10 o 15 años. Entre los más importantes están las innovaciones hechas tanto dentro de los cursos de ciencias básicas como de los cursos clínicos. El principal cambio tiene que ver con la metodología pedagógica, es decir, a la modificación del “cómo” se enseña medicina, sin variar el “qué” es enseñado en medicina. Otra de las innovaciones fue la introducción de cierta interacción con pacientes en los primeros cursos de la carrera de medicina que normalmente estaban destinados a la enseñanza de las ciencias básicas. Y, un tercer cambio bastante beneficioso fue la implementación de nuevas modalidades de evaluación (OSCE).
¿Qué objetivos persigue la innovación curricular?
Desde luego, hacer más atrayente la escuela de medicina, optimizar y subrayar el aprendizaje, y desplegar nuevas herramientas necesarias para que nuestros graduados alcancen un aprendizaje sobresaliente que los apoye en el largo plazo y les permita convertirse en pensadores reflexivos y críticos, tanto de su propio aprendizaje como de los nuevos conocimientos en el ámbito de la salud. Uno de las transformaciones más notables en el devenir innovador del currículo de la carrera de medicina sobresaliente ha sido disminuir la dependencia a las clases teóricas, las cuales por algunos años dominaron el currículo de las ciencias básicas, e introducir en su lugar las actividades interactivas de pequeño grupo.
Es de reconocimiento general que la modalidad de enseñanza empleada influye en la adquisición y el logro de competencias para el autoaprendizaje. Clases basadas en casos pueden llegar a demandar algún grado discreto de preparación del estudiante pero un mínimo de aprendizaje auto-dirigido. La metodología del Aprendizaje basado en problemas (ABP) demanda un grado mucho mayor de preparación del estudiante. Esto también facilita y mejora la cantidad de auto-aprendizaje, y los estudiantes deben definir cuáles son las áreas donde su conocimiento es deficiente.
El impacto que la explosión de conocimiento científico también ha alcanzado a los departamentos de ciencias básicas. Los investigadores de ciencias básicas han ido rediseñando los centros de investigación e integrándose a cursos interdepartamentales desarrollados en base a la enseñanza de tópicos liberándose de una u otra forma de los límites tradicionales de cada departamento. Esto es consecuente con la manera que un clínico resuelve un problema clínico: integra toda la información disponible de manera totalizada, en oposición al antiguo paradigma, a aquel que enseñaba en forma aislada las distintas disciplinas como anatomía, biología molecular y fisiológia, por ejemplo.
Principios de aprendizaje del adulto
Para discutir los principios de aprendizaje del adulto (PAA) es necesario recurrir a diversas publicaciones que abarcan el gran espectro de los mayores principios a ser considerados en el aprendizaje del adulto, incluidos las responsabilidades de los educadores de adultos, y es lo que presentaremos en los próximos números en esta sección de la Revista. |
