Objetivo: describir las características principales del consentimiento informado y establecer en qué medida se explicitan los riesgos involucrados en las acciones por realizar.
Método: de 18 instituciones de atención de salud pública y privada se obtuvo un conjunto no aleatorio de formatos que tales instituciones emplean para obtener el consentimiento informado de los pacientes.
Resultados: se lograron reunir 190 formatos distintos para el fin perseguido. A grandes rasgos se podían clasificar en 151 (79,4% documentos que proporcionaban una autorización amplia y 39 (20,5%) estructurados para un fin especifico, usualmente enunciado en el titulo del formulario.
Ningún documento cuantificaba riesgos.
Comentario: el primer grupo de formularios es el que presenta aspectos más cuestionables, por otorgar autorización amplia para tratamientos médicos, quirúrgicos y anestesia en términos muy generales de suerte que el enfermo difícilmente podría opinar sobre el asunto.
Con el segundo tipo encontrado la situación no cambio demasiado. En ambos se enfatiza que el enfermo está enterado de los riesgos a los que será sometido aunque la expresión de estos fue vaga.
Conclusiones: es indispensable introducir modificaciones a la información que se entrega en muchos de los documentos que buscan obtener el consentimiento de los enfermos para que efectivamente constituya una aceptación informada. No basta con un simple listado o enumeración de los posibles efectos adversos o complicaciones involucrados.
Palabras clave: consentimiento informado, formularios. |